Sarria
Esta importante villa jacobea fue fundada en el siglo XII por el rey Alfonso IX de León y Galicia, y específicamente creada para servir al Camino de Santiago y a todos los que por él transitaban. Establecida originalmente como Vilanova de Sarria, aquí falleció el rey el 24 de septiembre de 1230 durante su peregrinación a Santiago. Como Villa Real, Sarria tuvo voto en las Cortes medievales y, en 1360, fue otorgada al Conde de Lemos, permaneciendo bajo este título hasta principios del siglo XIX.
Las tierras de Sarria han estado habitadas desde tiempos remotos, con evidencia de asentamientos desde la fase neo-eneolítica, como lo demuestran los enterramientos megalíticos. La cerámica y monedas romanas encontradas en los castros de Seteventos, Vilapedre y A Margarita (en Samos) indican una población activa en la zona durante la romanización tardía, destacando los restos de dos villas romanas en Vilar de Sarria y Santo Antolín.
La historia de esta villa se ha enriquecido siempre con las peregrinaciones a Santiago. Desde la Edad Media, Sarria ha sido un punto de paso importante para peregrinos. La fundación de monasterios como Santo Estevo de Calvor (785), Santa María de Corvelle (857) y San Mateo de Vilapedre (siglo X) demuestra su florecimiento cultural. El Monasterio de la Magdalena, fundado en el siglo XIII, sirvió como hospital para peregrinos, aunque hubo más en la zona, incluso para leprosos.
La llegada del ferrocarril en 1880 y las mejoras en comunicaciones impulsaron su crecimiento económico y urbanístico. Surgieron nuevos barrios y, en 1885, se inauguró la nueva iglesia de Santa Marina. A principios del siglo XX, Sarria experimentó un notable crecimiento con la instalación de nuevas infraestructuras y un aumento en la actividad comercial e industrial.
La presencia jacobea de estas tierras se mantiene viva hoy en día, como demuestra la actividad de los albergues para peregrinos. Además de ser uno de los grandes puntos de partida hacia Compostela, Sarria ofrece la oportunidad de disfrutar de su patrimonio, gastronomía y paisaje, lo que la convierten en un lugar de alto atractivo turístico.